Los dolores de cabeza y las migrañas se deben a diferentes factores, en ambos sexos. Sin embargo, las mujeres además de los factores como la edad o los antecedentes familiares, estamos sujetas al vaivén de las hormonas y el ciclo menstrual.
Las hormonas como el estrógeno y la progesterona aumentan y disminuyen a lo largo de cada mes para regular el ciclo menstrual y favorecer las posibilidades de un embarazo.
El descenso en los niveles de estrógenos, que suele suceder pocos días antes y durante la menstruación, puede provocar o agudizar un dolor de cabeza, y si se tiene tendencia a la migraña, muy probablemente esta se presentará durante los días mencionados. Sin embargo, en algunas mujeres, únicamente se presenta durante el inicio de la menstruación.
La migraña es diferente al dolor de cabeza común; y se caracteriza por un dolor punzante como latido, generalmente en uno o ambos lados de la cabeza y puede ir acompañado por náuseas, vómitos y sensibilidad la luz o al ruido. El dolor puede durar algunas horas o un par de días y ser tan intenso que resulte incapacitante.
En pocos casos, la migraña se presenta posterior a una serie de síntomas denominados “aura”, que pueden incluir fenómenos visuales, como ver puntos o destellos luminosos, sentir pinchazos en una extremidad, sentir entumecido el rostro o parte del cuerpo, dificultad para hablar o movimientos espasmódicos.
Aunque la migraña se presenta en ambos sexos, son las mujeres quienes la padecen con mayor frecuencia, tres de cada cuatro personas con migraña son mujeres, a quienes adicional a esto, les resulta más incapacitante. En la gran mayoría de los casos de mujeres con migraña, el primer episodio sucedió después de la primera menstruación.
La migraña menstrual, es aquella que ocurre durante el periodo perimenstrual (desde dos días antes de la menstruación, hasta dos días después de iniciada), se presenta durante tres o más ciclos consecutivos y no sucede en otros momentos del mes. Este tipo de migraña generalmente no va antecedida de un aura y está íntimamente ligada a la caída del nivel de estrógenos, característica de esta etapa del ciclo menstrual.
Las menstruales comprenden entre el 5% y el 8% de todas las migrañas, y suelen ser más prolongadas que las que no están relacionadas con el descenso de los estrógenos, además de que los tratamientos, aunque similares, tienen menor posibilidad de funcionar.
Existen tres estrategias generales para tratar la migraña menstrual. Una es aliviar los síntomas al momento de la crisis, otra es un tratamiento preventivo aplicado antes y durante el sangrado menstrual y la última es profilaxis de largo plazo, es decir un tratamiento durante todo el mes para prevenir la aparición del dolor.
Cada caso es diferente y requiere del diagnóstico por parte de un especialista, por lo que, si tienes dolores de cabeza intensos, que son incapacitantes, y vienen acompañados de náuseas, vómitos, debilidad o problemas de visión, es importante consultar al médico, quien evaluará y en su caso dará el tratamiento adecuado.
Actualmente existen opciones muy efectivas para este tipo de padecimiento, pero nunca es recomendable automedicarse. Ninguna mujer tiene que soportar dolor o incomodidades extremas por causa de su ciclo menstrual.